jueves, 15 de enero de 2015

Bacaicoa 1662 palabras de menosprecio

Juan Antón de Goicoechea y Echeverría contra Juan López de Zubiría, sobre palabras.
La disputa ocurrió hacia las 11 de la noche del martes 21 de marzo de 1662.
Declaran varios testigos el 29 de marzo de 1662.
Miquela de Galbete, mujer de Martín López de Albizu, de 56 años, dice que el día 21, martes, jugaban a las cartas en su casa, que es la Posada, apostándose dos pintas de vino, Juan Antón de Goicoechea y Echeverría, Juan López de Zubiría, Lope de Goicoechea y Sebastián de Iturralde; por una cuestión de “tantos”, se originó la discusión que derivó a palabras de desprecio. Juan López de Zubiri le dijo a Juan Antón de Goicoechea “que era él, y que no sabía de dónde era él, ni los de su familia y que las armas, que tenía puestas en su casa y frontispicio della, eran nuebas y mal puestas, porque se havían de poner con citación de la Valle, y el Fiscal y Patrimonial, y que las hiciera quitar a coces, y que él ni su familia no eran debaxo de su çapato, y que valía más lo que él pisaba que todos ellos, y esto lo repitió muchas veces, con que esta que depone los sacó de casa.”

Sebastián de Iturralde, de 34 años, era uno de los participantes en la partida, y dice que “ a cosa de las 9 oras de la noche, estando jugando al naype este testigo y los quexante y acusado, y Lope de Goicoechea en la Posada del dicho lugar sobre que los tantos se los avía tocado a Lope de Goicoechea este testigo, travesaron algunas razones, y después de algunas diferencias el dicho Juan López, que jugaba con el dicho Lope de Goicoechea, atravesaron algunas raçones, y el acusado sabe y se acuerda que le dijo al quejante y a este testigo, que eran unos majaderos, y porque vio que (se) iban encoleriçando, este testigo cojió de la cocina de la dicha posada un tiçón y se fue a su casa y no oyó, ni sabe otras zaçones.”
“Testigo 4.º Ítem el dicho Lope de Goycoechea, vecino del dicho lugar, testigo jurado, de hedad que dixo ser de veinte y ocho años, poco más o menos conoce a los quexante y acusado, y aunque es primo del quexante y cuñado del acusado no por esto dejará de decir la verdad, y lo que save y no le enpecen las demás preguntas de la Ley.
A la quarta pregunta de la dicha queja dijo este testigo que lo que save y puede decir es que el día martes, que refiere la dicha queja, a lo que serían las nueve de la noche, començaron a jugar en la casa de la Posada del dicho lugar, a los naypes, este testigo con el acusado contra el quejante y el antecedente testigo, y jugaron hasta cosa de las once y sobre que Sebastián de Iturralde le tocó sus tantos a este testigo, començaron a travarse de palabras el quejante y acusado, quien con algún género de desprecio entre otras raçones dijo que ellos no eran para nada y que eran hombres que no savían, sino ir a vender por menudo aceite de vallena, y que a los fajeros y guardas les havían de hacer cortesía y que él era hombre que con su labrança vivía tan solamente y que él era hombre que podía ir a qualquier parte con este testigo, porque ellos no savían hablar castellano y ellos sí y que eran unos majaderos, con lo qual después de todo esto jugaron pan y vino y bebieron todos y porfiaron en que jugasen más y el acusado le dijo al testigo antecedente jugase una pinta de vino y no quiso y el dicho quejante jugó con el acusado y haviéndole ganado el acusado sacó el vino el quejante, y sobre no haver querido dar de beber a todos dijo el acusado a la Guéspeda que sacase una pinta de vino y le dio dinero y començó a darles de vever a todos y dijo que veviesen que él lo daba como cavallero, a lo qual dixo el quejante que no veía allí Encomienda ni Ávito de Santiago, a lo qual le replicó que de su casa ya avían salido hábitos y cavalleros y en especial Don Miguel de Araiz, que probó su genealogía las informaciones para hábito de Santiago, pero que de su generación del quejante no, hasta agora, y que él ni los suyos, ni de su familia, no eran para debajo de la punta de su çapato, y que las armas que tenía en su casa eran nuebas y de ayer, y las suyas muy antiguas, y que no les citó al Señor Fiscal Mayor ni a la Valle y que eran venidos de la Probincia, y que las dichas armas se las havía de quitar y este testigo le respondió que después y todo los papeles havían de dar su satisfación, y aquellos se guardarían; y a esto replicó el acusado, y a adonde estavan; y esto es lo que save de la dicha pregunta, y no más y esto responde.
A la sexta pregunta de la dicha queja dijo este testigo que solo save que con dos vecinos del dicho lugar tubo pesadumbre y quejaron contra el acusado ante el Alcalde de la Valle de Burunda, pero no save el caso sobre qué, ni save más ni otras por el juramento que a echo, leydole este su dicho en él se afirmó y ratificó y firmó e yo el dicho comisario.
Lope de Goycoechea
Ante mí, Martín Robles de Echauri, comisario receptor.”
“Testigo 5.º Ítem el dicho Joanes de Ilarregui, natural de la villa de Berástegui y residente en la de Lazcano, arriero, testigo jurado de hedad que dixo ser de treinta y seis años, conoce a los quexante y acusado, no es deudo ni pariente de ninguno de ellos ni le empeden las demás preguntas generales de la Ley... dijo que como arriero que anda nabegando con su requa por este Reyno de Navarra llegó a este lugar de Bacaicoa la noche que la pregunta refiere.”
Los testigos dicen que el acusado, Juan López de Zubiría, ha estado encausado otras veces, porque ha insultado e incluso agredido a algunas personas, y por ello se le considera “hombre temerario y de áspera condición”, en expresión de Miguel de Iriarte, de 42 años. (f. 12)
            Antonio Hernández, de 40 años, “residente”, aunque dice que vive en Bacaicoa desde hace 17 años; se le cita en el asunto de Francisco Ebra de Alsasua.
            Lucas de Goicoechea, de 30 años, declara que también a él, como a otros, le ha injuriado el acusado, contra el que se repiten las quejas “de muchas y diferentes personas, con quienes a tenido muchos topes, llevado de su mala y áspera condición.” (f. 14)
Otro testigo insistía en que es “muy soberbio y arrojado en su modo de hablar y a tenido muchos topes con diferentes personas de la dicha valle” de Burunda. (f. 20v)
            Pedro López de Zubiría, mozo libre de Bacaicoa, de 30 años, hermano del acusado, también estaba ese día en el Mesón.
            Juan López .... COMPLETO EN PDF

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